“Positano impresiona profundamente. Es un lugar de sueño, que no parece verdadero hasta que no estéis, pero del cual sentís con nostalgia toda la profunda realidad cuando lo habéis dejado”
John Steinbeck.
POSITANO
Justo enfrente de las tres islas Galli ¨Las islas de las sirenas¨, que refería Homero, cuando Ulises fue advertido por Circe, del canto de las sirenas y sus fatalidades al escucharlas.
Ulises mandó tapar los oídos con cera de su tripulación y él, se amarró al mástil del barco, ¨para escuchar sin consecuencias ¨ el canto de las sirenas.
Ahí enfrente, esta el hermoso Positano.
Resulta ser un lugar de vacaciones de tono aristocrático, desde la época de la antigua Roma, se narra que Positano debe su nombre a una nave que transportaba un cuadro de Santa María Asunta, remitido a aquellas tierras; en el aire no había vientos y los monjes que estaban a bordo de la embarcación, oyeron que del cuadro venían las palabras: Possa...Possa que significaba “deténganse ahí”. De esta manera, se detuvieron sobre aquella costa y llevaron el cuadro hasta aquélla que hoy, es la Iglesia parroquial del pueblo. Durante la mañana, el cuadro no estaba más en el lugar en donde lo habían colocado, pero milagrosamente, había regresado a la orilla del mar, donde después los monjes benedictinos hicieron erigir una iglesia dedicada a la virgen, sujeto del cuadro milagroso.
Positano es un lugar de callecitas, en donde existen escalinatas que comunican a todos lados, la mayoría de las construcciones, están sobre los riscos, adornadas con preciosas flores. El sol brilla y apenas sopla un viento fresco, muy agradable.
Recorrer las escalinatas para llegar a la iglesia y después al puerto, es una delicia visual; así como disfrutar a su gente con la algarabía natural de la personalidad que les caracteriza, tan alegre como las frutas, verduras y flores que venden ahí.
Recuerdo principalmente el restaurante ¨Chezz Black ¨, que tiene la playa y el mar justo enfrente de él, como atracción natural. El lugar, con decorado de muy buen gusto y acogedora decoración, degusté una pasta con mariscos, de exquisita manufactura, maridándole con un rico vino, en la tranquilidad de una noche cristalina.
Recuerdo que al terminar, me quité los zapatos y caminé sobre la playa de pequeñas piedras amables para mis pies. La brisa traía un aroma fresco y agradable, que te lleva por la tranquilidad del paraje y eso, me invitó a caminar.
Al terminarse la playa, continúan los riscos y un pequeño andador peatonal, asoma su trazo, casi esta por encima del mar, ahí se perciben las ¨Islas Galli¨, en donde se le presentaron las sirenas a Ulises. El rítmico contoneo del mar, palmea las pequeñas embarcaciones que residen ahí y las chispas de reflejan en el mar, las casas que escalan el risco…Caminas un poco más y percibes la verde vegetación adherida a los riscos, que se refresca con el agua, en deliciosa armonía con la salada fragancia de el mar y de la noche…
Todo esto me hizo gozar tan preciosa noche y darme el aliento para encaminar mi escalinata bastante empinada y de buena demanda física, al hotel boutique que esta en lo alto.
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