La alegria de vivir de MATISSE
La belleza no está en el objeto contemplado, sino en el sujeto que lo contempla.
Asegura Manuel Vicent, autor de la novela, "La novia de Matisse".
Novela en donde el negocio del arte y sus matices, son el escenario de la novela y la sustancia: la salvación a travez de la belleza.
Poniendo la pintura y el arte, como emblema de esa esencia pura, que es la belleza a través del arte.
Un millonario pide a su marchante "que se acueste con su mujer", sentenciada a muerte por la leucemia.
Vicent insitió en su idea de que la emoción estética ha sustituido hoy a la religiosa y que por ello, La novia de Matisse
habla de la redención a través de la belleza.
Para Vicent, como para muchos (como yo), Matisse es su pintor favorito.
sábado, 11 de enero de 2014
La novia de Matisse
Es el punto de partida, según Vicent, de una novela "depurada", en la que, "por primera vez" se ha despojado de los adjetivos.
"El tema era lo suficientemente alambicado y laberíntico como para evitar barroquismos", afirma Manuel Vicent. "Para evitar ese barroquismo", añade el escritor, "me he despojado del adjetivo, y eso ha sido tan duro como arrancarme la piel. He querido depurar mi estilo todo lo posible".
Pero, además, Matisse era conocido como el doctor, ya que se pensaba que su pintura quitaba las penas y que sus cuadros eran curativos. ¿Te puede curar un cuadro de Matisse? Ésa es la pregunta de la novela". En La novia de Matisse, una mujer muy guapa -"inevitablemente, a los hombres nos perturba la belleza en la mujer"- está enferma y su cercanía con la muerte desencadena los acontecimientos."La belleza te sana, te salva, te hace inmortal por sólo entregar tu vida a ella como hacen los místicos con Dios", dice en la novela uno de sus personajes principales. "¿Y qué es la belleza?", responde el autor de Son de mar, "de entrada algo indefinible, que nace de la emoción al contemplar cualquiera de las bellas artes, desde una catedral a una pintura rupestre". Para Vicent, es el que mira el que genera esa belleza y no al contrario, y por ello la pasión por el arte puede ser un camino hacia la perfección y hacia el equilibrio.
La novia de Matisse es también un retrato del mundo del arte, de sus marchantes, coleccionistas millonarios y críticos. Un mundo que el escritor, dueño de una galería madrileña durante años, dice que conoce bien.
"Muchos de los personajes y situaciones son reales, y desde que empecé a escribir la novela tuve la sensación de que sabía bien de lo que hablaba y eso el lector lo nota. En el libro se mezclan mis recuerdos y mi imaginación. Aunque, a mi edad, memoria e imaginación se confunden demasiado. A mi edad, el cerebro escupe lo negativo y se queda con lo positivo".
"En el tiempo que fui galerista", continúa Vicent, "aprendí a conocer la pintura de verdad, a tocarla y a observar desde muy de cerca, eso también está dentro de esta novela". Giacometti, Matisse, Picasso o Modigliani aparecen en las páginas del libro. "No es que sea un catálogo de mis artistas favoritos, pero de alguna manera sí refleja mis gustos". "La novia de Matisse", prosigue Vicent, "hace referencia a la adolescente desnuda que contempla la danza en el cuadro La alegría de vivir".
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